Uña Encarnada o Enclavada
La uña enclavada o uña encarnada consiste en la penetración de los bordes de la uña o placa ungueal dentro de la carne que rodea la uña. Esta penetración ocurre generalmente en los bordes de la uña y suele comenzar como una irritación dolorosa de un borde de la uña (o de los dos bordes) que puede infectarse. Con la invasión bacteriana el margen de la uña se vuelve rojo, inflamado y en ocasiones con pus en la zona. En personas con diabetes o con mala circulación este problema relativamente pequeño puede convertirse en un problema extremadamente grave. En estos casos una simple uña encarnada puede resultar en una grangrena del dedo. Igualmente, pacientes con prótesis valvulares en el corazón o marcapasos tienen mayor riesgo de diseminación bacteriana a través de la circulación pudiendo llegar a diseminar la infección a estos sitios mencionados. Estos pacientes deben de buscar atención ante los primeros signos y síntomas de que la uña se clave.
Existen muchas causas por las que las uñas se pueden clavar como por tendencia hereditaria a clavarse las uñas, corte inapropiado de las uñas del pie (demasiado corto o cortándolas oblicuamente por el borde de la uña) o el uso de un calzado que cause mucha compresión en la zona. Los niños a menudo desarrollan uñas enclavadas como resultado de rasgarlas manualmente o cortarlas con instrumentos inapropiados. Mucha gente recurre a lo que se llama “cirugía del cuarto de baño” para cortar en su casa el margen de la uña que se clava, pero esto reproduce la lesión meses después según la uña vuelve a crecer.
Tratamiento
El tratamiento para la uña encarnada es relativamente indoloro si se realiza correctamente. La inyección anestésica puede producir cierto dolor pero el profesional podólogo entrenado puede utilizar diversas técnicas para disminuir el disconfort del paciente. Una vez que el dedo está anestesiado, se saca el borde de la uña que se clava y la “matriz” o la “raíz” de la uña en ese lado se destruye sin necesidad de destruir toda la uña. Comúnmente se utilizan ácidos para eliminar la “raíz” de la uña aunque existen otras técnicas que también pueden utilizarse. El proceso hasta que el borde de la uña sana completamente puede durar unas semanas, aunque no suele haber restricciones en la actividad y uso de calzado durante ese periodo. Cuando el efecto de la anestesia local desaparece puede aparecer dolor generalmente leve que desaparece con medicación antiinflamatoria.
Existen pocas complicaciones asociadas a este procedimiento. Puede ocurrir una recurrencia de la uña encarnada en un porcentaje pequeño de casos (aproximadamente un 3%). También es posible que exista infección persistente después de la intervención que necesite ser controlada con antibióticos orales. En ocasiones, el resto de la uña que no ha sido eliminada puede debilitarse y caerse. En esos casos una nueva uña apararecerá al cabo de unos meses. Con la eliminación del borde de la uña que se clava, la uña quedará más estrecha y esto es un efecto que se mantendrá para siempre.
Para evitar y prevenir la presencia de uñas clavadas es recomendable usar un calzado apropiado que no comprima la zona de los dedos y cortar las uñas de forma recta y no muy cortas.